A veces, es difícil tomar conciencia de las dificultades por las que pasa la relación de pareja y dar el paso para pedir ayuda profesional.
Las desavenencias y dificultades se enmascaran cuando aparecen momentos agradables. Creemos que podemos resolverlas hasta que de nuevo aparecen con mayor intensidad e incluso llegando a producirse el “efecto olla exprés”, en el que salen todos los rencores y reproches acumulados que conducen a esa frontera en la que es casi imposible dar marcha atrás.
La terapia de pareja ayuda a evitar ese “efecto” y facilita la solución de esas dificultades. Mi experiencia a lo largo de estos años con múltiples parejas es muy positiva. En muchos casos, son suficientes con 4 ó 5 sesiones para alcanzar el equilibrio en la relación de pareja.
¿ Cuándo es conveniente acudir a terapia de pareja?
1. Cuando existen problemas de comunicación
La falta de tiempo, las responsabilidades del día a día y el miedo a las discusiones hacen que se postergue o se evite hablar de determinados asuntos que, tratados en su momento, tendrían solución.
Una de las dificultades más expresadas por las parejas es la falta de comunicación. A través de la terapia de pareja se introducen nuevas dinámicas de relación mediante la expresión de los propios puntos de vista, siguiendo unas pautas para una correcta comunicación, en la que se fomentan la empatía, el respeto de los sentimientos del otro, los turnos de los diálogos y la búsqueda de soluciones de manera conjunta.
2. Cuando se produce una crisis puntual
Existen problemas puntuales, como un despido o la muerte de un ser querido, ajenos a la relación en sí, que pueden ser abordados desde la terapia de pareja para evitar que se extiendan al ámbito de la pareja.
3. Cuando hay problemas en las relaciones íntimas
La rutina, la falta de deseo y pasión es algo que aqueja y afecta a la pareja. Es necesario retomar el camino de las caricias, los halagos, favorecer los momentos a solas, hacer actividades juntos….
Estas propuestas surgen en la terapia como opciones para llevar a cabo.
4. Cuando la familia política afecta a la relación
Llegamos a la pareja con nuestras experiencias y nuestra carga emocional. Ello incluye a nuestras respectivas familias. Lo ideal es tener a un equilibrio armónico entre todos los miembros, pero no siempre es así, afectando a veces negativamente a la relación.
Desde la terapia de pareja, cada miembro expone sus necesidades y se establecen objetivos y acuerdos desde el respeto y la empatía, teniendo en cuenta que es sano y necesario que cada miembro tenga sus parcelas fuera de la relación (familia, amigos, aficiones, trabajo).
5. Cuando aparece una infidelidad
La fidelidad es una de las bases sobre las que se construye la inmensa mayoría de las parejas estables, siendo la infidelidad uno de los principales motivos por los que las parejas demandan ayuda psicológica
Este hecho hace que la pareja se replantee la relación y, o bien lo supere y continúe con fuerzas renovadas, o bien decida separarse.
Se trata de un proceso lento y difícil, en el que son necesarias unas grandes y sinceras dosis de pedir perdón y de perdonar.
6. Cuando las tareas del hogar no son compartidas
En los últimos años, el reparto de las tareas domésticas entre hombres y mujeres se ha ido volviendo más equitativo, aunque sigue siendo un punto de conflicto entre las parejas.
Lo aconsejable es llegar a una negociación sin imposiciones, eligiendo cada miembro aquellas tareas que le producen más satisfacción o le cuestan menos esfuerzo, incluyendo también a los hijos en el caso de que los hubiera.
El reparto igualitario de tareas redunda positivamente en las relaciones y disminuye los conflictos.
7. Cuando hay diferencias en la economía
La pareja, como unidad social ha de tener una economía propia y bien establecida. Es fundamental que exista un dinero en común y se decida por consenso sobre él y su uso dentro de la relación. Cada pareja decide de qué manera se aporta y se emplea el dinero en función de sus características.
Las relaciones económicas han de ser claras y equilibradas, siendo generoso con el otro y no midiendo al milímetro lo que aporta cada uno.
Todos estos aspectos son tratados desde la terapia de pareja, llegando a acuerdos consensuados que restablecen el equilibrio y el bienestar conyugal.