Cierta dosis de miedo es necesaria y adaptativa. Sin embargo, dosis altas pueden llegar a paralizarnos, anulando nuestra capacidad de reaccionar y de buscar soluciones.
Al problema del Coronavirus se une la cantidad de información, en muchos casos errónea, que nos llega a través de las redes sociales. En este sentido, es importante limitar la exposición a tanta información y buscarla en fuentes oficiales. Esto ayudará a mantener un buen estado de ánimo y tranquilidad. Es recomendable dedicar un tiempo y momento del día para mantenernos informados, en lugar de estar continuamente “bombardeado”.
La situación actual nos puede provocar inseguridad, falta de control, indefensión e incertidumbre, ya que el mecanismo de expansión del virus es rápido y la manera de pararlo no sólo depende de nosotros, con las medidas higiénicas recomendadas y el permanecer en casa, sino también de los demás ciudadanos y de su nivel de responsabilidad.
Superar estas emociones desagradables va a depender de la gestión que cada uno haga de la situación. Esa gestión pasa por el control de los pensamientos. Una actitud positiva es fundamental en estos momentos. En lugar de pensar en términos de carencia (no puedo salir), hacerlo en términos de abundancia (ahora dispongo de ese tiempo que me faltaba para realizar esas cosas que tenía abandonadas, como ordenar la casa, cuidar el jardín, cocinar platos saludables, disfrutar de mi familia, llamar a los amigos, escribir, leer….)
Igualmente, la gestión del tiempo es de gran importancia. Se aconseja establecer un horario semanal, diferenciando entre el lunes a viernes del fin de semana. Este puede incluir distintos periodos: comidas, aprovechando este tiempo para realizarlas en familia; aseo personal, estudio y/o trabajo, ejercicio físico, puede ser divertido hacerlo en grupo; actividades placenteras, como juegos de mesa, leer, ver películas, oir música, bailar; y tiempo de descanso.
Por último, cuenta y forma parte de tu red de apoyo. Mantente conectado con tus familiares y amigos, aprovecha este tiempo para fomentar las relaciones, a través del teléfono, videollamadas, mensajes, correo electrónico…Brinda apoyo a quien lo necesite y pídelo cuando lo requieras.
Esta es una oportunidad para superarse, aprender nuevos recursos y herramientas ante la adversidad y experimentar otras formas de vivir y de relacionarnos.
Toda crisis es una oportunidad