Existen diferentes momentos en los que una pareja decide acudir a terapia:
- Parejas en situación crítica.
Se trata de parejas con sucesivas crisis, que llevan acarreando importantes problemas de comunicación durante muchos años. Vienen a terapia abrumados, en un último intento de arreglar su situación.
Suelen discutir a diario, se insultan, piensan de forma diferente, rivalizan, no se respetan, se acusan, no se ponen de acuerdo. Buscan que el terapeuta ejerza de juez.
- Parejas con problemas cada vez más frecuentes.
Son parejas que han empezado a tener desacuerdos que, en un principio eran de manera aislada, y ahora se van incrementando. Pueden pasar de discusiones quincenales a semanales. En este caso, han decidido ir a terapia para ponerles freno y evitar que se normalicen.
Las parejas en esta situación pueden empezar a no escucharse, descalificarse e incluso perder las ganas de estar juntos.
Puede que tengan experiencia en terapia individual, así como disponer de una serie de recursos para darse cuenta y prevenir problemas mayores.
- Parejas con algunos desencuentros.
Estas son parejas con mayor inteligencia emocional. Acuden a terapia de manera preventiva para trabajar desajustes en la relación. Están atentas a síntomas que alteran la cotidianidad de la vida en pareja y deciden trabajarlos con el terapeuta en pocas sesiones.
¿En qué punto os encontráis vosotros?