Cómo afrontar la vuelta de las vacaciones

¿Existe el Síndrome postvacacional?

Según algunos estudios, un 30% de la población se siente decaída al volver de las vacaciones y retomar la rutina, bien sea laboral, doméstica o académica.

¿Qué ocurre con el 70% restante?  La clave está en la manera de percibir la situación. Como diría Ellis “No son los acontecimientos los que nos perturban, sino la manera de percibirlos”.

El 30% de los afectados suele poner el foco en lo que no funciona, restándole valor a lo positivo y concentrándose en lo negativo, pudiendo manifestar síntomas como tristeza, cansancio, apatía, irritabilidad, poca motivación, trastornos del sueño, incluso depresión.

Afortunadamente, no suele durar mucho tiempo, pero ¿por qué sufrir inútilmente cada año?

Las personas que no se ven afectadas o le restan importancia prefieren no luchar con la nueva situación e ir aceptando la vuelta a la rutina poco a poco.  Se trataría de personas con la mente flexible, que prefieren ver el vaso medio lleno al medio vacío. La vuelta a la rutina también tiene sus ventajas, se regulan los ritmos, se retoman las actividades deportivas, culturales, visitas a amigos y familiares, se mejora la alimentación tras los excesos estivales, se plantean nuevos retos y objetivos…

¿Y por qué pasar del todo al nada, de los excesos de unas semanas a la carencia durante casi 11 meses?  Podemos hacer de cada día un disfrute, dándonos pequeños premios a nuestro trabajo diario.  Realizando una actividad placentera al día: dando un paseo, viendo el amanecer o una puesta de sol, viendo una serie o película, charlando con un amigo, recibiendo un masaje…Hay muchas y variadas maneras de disfrutar sin tener que esperar al verano siguiente o a las próximas vacaciones.

No obstante, podemos llevar a cabo una serie de estrategias para que este tránsito sea lo más llevadero posible:

  1. No dejar la vuelta a casa para el día anterior al comienzo del trabajo o del curso, haciéndolo de una manera relajada para darse el tiempo de prepararlo todo con antelación.
  2. Regular los horarios unos días previos -acostarse, levantarse, comidas-
  3. Asumir las obligaciones de manera gradual, regulando su intensidad.
  4. Realizar actividades saludables -deporte y alimentación.
  5. Mantener una actitud positiva respecto a la vuelta a la rutina, llenándola de actividades placenteras el resto del año -salir, comer fuera, visitar amigos, pasear, pintar….
  6. Plantearse objetivos realistas a corto, medio y largo plazo, priorizando y sin sobrecargarse
  7. Aceptar las emociones que estemos viviendo, confiando en nuestras fortalezas y minimizando nuestras debilidades.

                                                       Todo depende de ti.  ¡Mucho ánimo!

 

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